Estreno este blog con la idea de recoger en algún sitio todos esos pensamientos que a veces me vienen a la cabeza. Recuerdos, reflexiones, experiencias…
No sabía con qué empezar a escribir, pero hablando con cierta persona se me vino a la cabeza el tiempo que había pasado desde mi primer año en la universidad, aquella primera vez que me fui de casa para estudiar, si…”estudiar”.
Aún recuerdo la primera noche en la que mis padres se marchaban del piso con tristeza y lo raro que me sentía sólo , lejos de casa, de tus amigos de toda la vida, de tu colegio al que ya estabas acostumbrado… Aquella noche todo parecía moverse en esa casa y hacer ruido, a decir verdad no dormí nada, apenas hora y media, dos horas como mucho.
Todo el mundo reconoce que para vivir la vida universitaria en su pura esencia has de irte a estudiar fuera de casa, que al principio cuesta adaptarse pero que en cuanto lo haces, ya nunca quieres dejar de ser estudiante, he aquí el tópico de “la mejor vida es la del estudiante”, el que lo dijo tuvo que estudiar fuera de casa por coj****.
Efectivamente yo comencé a adaptarme pronto a la universidad fuera de casa; salía de fiesta, iba por las tardes a beber cerveza, acababa haciendo un after hours en casa de alguien, despertabas en sitios insospechados, incluso salí a Granada la noche antes de un examen… ¿y estudiar? Pues también hombre, pero como hacía magisterio pues con pintar y colorear ya bastaba.
Bromas aparte, el irme a estudiar fuera de casa, significó muchísimas cosas que nunca olvidaré, algunas buenas, otras muy buenas, y alguna que otra regular. Gracias a ello creo que maduré a marchas forzadas, aprendí a sufrir solo, a equivocarme, a caer y a levantarme, a valorar a la gente que vale de verdad y que está lejos, a olvidar prejuicios y desechar tópicos sobre esto o aquello, para después sacar mis propias conclusiones sobre las cosas, mis experiencias…en definitiva crecer un poco más.
Voy ya por el quinto año, ha llovido un poco desde entonces, y como me ha entrado nostalgia al pensar que ya mismo acabaré este ciclo, probablemente el mejor de toda mi juventud, pues me ha dado por escribir, aunque pensándolo bien…siempre nos quedará un sexto año de Erasmus para despedirnos… ¿no?