Hoy quiero perderme, donde el tiempo se escapa de mi control, donde todo carece y tiene sentido a la vez. Porque no hay nada racional, nada que deba pensar demasiado, pero a la vez sí que tiene sentido dejarse llevar, sentir, vibrar… ¿Qué cosas no?
Últimamente está por todos los lugares, por cada rincón que paso, en todos los pensamientos, en todos los recuerdos. Es algo que me da vida, que no acabo de comprender muy bien el porqué. Sé por qué me pasa, sé porqué me siento tan bien, realmente bien, indescriptiblemente bien, pero lo que no acabo de comprender es el “cómo”. ¿Cómo llegué a este punto? Supongo que no lo pensé demasiado, que salió así, natural y espontáneo, sin nada programado. Es como debieran de salir todas las cosas, al menos las de los sentimientos y sensaciones…naturales.
No me importa decirlo, lo echo de menos aquí y ahora, mi cabeza viaja hacia ese lugar aunque mi cuerpo permanezca aquí frente al ordenador. Sólo quiero escuchar el murmullo del aire, el romper de las olas, ver cómo el sol se va mientras las estrellas aparecen…
Podéis pensar que es fácil tener eso, que está al alcance de cualquiera, no tienes más que ir a un sitio con playa o a un buen mirador, pero no lo es. Los recuerdos de los que hablo traen sensaciones que consiguen sacarme una leve sonrisilla y cierto aire de nostalgia.
Ahora me he dado cuenta, que esos sitios perdidos nunca tendrán el mismo significado, pero a decir verdad, los lugares ya me importaban poco…
Eso decía el gran Andrés Montes, la vida puede ser maravillosa, no quiere decir que lo sea, estabas en lo cierto…porque ayer a las 22horas aproximadamente se fue uno de los más grandes fenómenos del periodismo deportivo español.
Andrés Montes nació en Madrid en 1956, hijo de padre gallego y madre cubana este singular periodista empezaba en el mundo de la radio allá por los 80, trabajando en la COPE, Radio Cadena Española, Radio Marca o Antena 3 Radio.
Es en 1996 cuando Canal+ empieza a ofrecer los partidos de la NBA con los comentarios de Santiago Segurola (hoy en día director adjunto del diario Marca), Antoni Daimiel y cómo no el fenómeno Andrés Montes. Este singular comentarista, ya hacía de las suyas en Canal+ con su estilo poco ortodoxo, peculiar, alegre, desenfadado, irónico y casi siempre cómico.
Los que solíamos ver la NBA y nos gusta el baloncesto ya conocíamos los motes que le atribuía a diversos jugadores como “aerolíneas Jordan”(Michael Jordan), “el artículo número 34, hago lo que quiero, como quiero y cuando me da la gana” (Shaquille O’neal), “la computadora” (John Stockton), “el cartero” (Karl Malone), y un sinfín de nombres inventados.
También eran frecuentes las expresiones de “triiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiple ratatatatatatatatatata” cuando se anotaba un triple, o cuando Michael Jordan volvía a hacer de las suyas en las finales del 98 contra Utah, sí, esas en las que el gran Andrés espetaba eso de…”la ha robado Jordan, bienvenidos al vuelo número 23, aerolíneas Jordan…¡Jooooordan! ¡Jordan! ¡Jordan! ¡Canasta canasta canasta!...”, pero mejor lo veis: http://www.youtube.com/watch?v=oUS51dAIMdo.
Pero el verdadero reconocimiento, le vino a raíz de firmar por la sexta para el mundial de 2006 de fútbol y de baloncesto ese mismo verano. Desde luego, nunca pasaba desapercibido para nadie, o te encantaban los comentarios, o acababas por quitarle el sonido a la televisión. Fue el verano del “tiki-taka”, esa expresión inventada que venía a decir cuando un equipo tocaba muy bien la pelota, con criterio, templanza…
A partir de ahí Andrés Montes retransmitió el Mundial de Baloncesto Japón 2006, Eurobasket Madrid 2007 y Eurobasket 2009 en Polonia. Además de la liga durante tres años en la sexta. No había un solo rincón en España en el que nadie conociera la palabra “Jugón”, o el antes mencionado “tiki-taka”. Cualquier niño, adolescente, hombre de mediana edad, ancianos…todos entendía ya el argot Andrés Montes.
El eurobasket de Polonia fue la última retransmisión de Andrés Montes para la sexta, dónde España quedó campeona…ayer se nos fue un grande del periodismo, de la retransmisión, se nos va el autentico jugón por excelencia…
Reflexionando sobre el pasar de la vida, de los años, los meses, los días, horas, minutos y segundos, he llegado a la conclusión, de que todo lo que hemos hecho, estamos haciendo y haremos en un futuro tendrán un significado para siempre.
Porque nada pasa desapercibido, aunque creas que nadie te observa, que nadie se fija en esos detalles, siempre hay alguien, de verdad, siempre. Por eso debiéramos ser siempre uno mismo, dejar a un lado las apariencias (que tanto engañan), dejar de fingir, para ser auténticos, para hacer lo que realmente queremos… ¿Por qué esconderse?
Otras cosas sobre las que he estado pensando, y que hace referencia al título de este blog, son aquellas cosas que pensamos pero que nunca decimos, y es que va íntimamente relacionado con ser uno mismo. ¿Cuántas veces has querido decir esto o aquello, pero nunca te has atrevido? ¿Quizás por miedo? ¿Miedo a perder? ¡Pero si no hay más satisfacción que arriesgarse y ganar! Y si pierdes, pues al menos no te quedarás con la eterna pregunta: ¿Y si hubiera hecho esto? Y es que en la vida, a veces se gana y a veces se pierde, que le vamos a hacer.
Todo esto está muy bien sobre el papel claro, porque es difícil dar ese paso, el de decir las cosas, el de ser uno mismo siempre o casi siempre, al menos deberíamos intentarlo.
Quiero rizar un poco el rizo, y liaros un poco. ¿Qué ocurre cuando aunque no se digan ciertas cosas, se hacen tan evidentes con un gesto, una mirada, o un detalle? Pues entonces es que hay mucha confianza, “atisbos de confianza máxima” los llamo yo. Seguro que conoces esa sensación ¿eh?, eso también son las cosas que pensamos y no decimos, pero no porque no nos atrevamos, es que no hace falta…y eso me gusta.
Para terminar, pondré una frase que Don Vito Corleone le dijo a Sonny después de entrevistarse con el Turco: “¿Santino qué diablos te pasa?Nunca digas lo que realmente piensas delante de gente que no conoces.”
Entonces que hacemos… ¿Somos auténticos o debemos reservarnos? Pues con algunas personas sí, y con otras no, como siempre. Esto es escribir para no tener las cosas claras, si señor.
¿Cuántas veces has deseado quedarte en la cama retozando entre las sábanas, acurrucándote, tapándote ese pié que siempre queda al descubierto? Seguramente eres de esas personas que teclea en su móvil “repetir” cuando suena el despertador para quedarse cinco minutos más en la cama, y otros cinco...y otros cinco para seguir con aquel sueño erótico con aquella persona que tanto deseabas o con ese otro en el que eras millonario y tenías todo lo que cualquier persona pudiera desear. Seguro que sabes a lo que me refiero; cuando vas camino a clase con unas ganas tremendas de que alguien te suelte el rollo mientras tu expresión refleja un completo entendimiento pero tu todavía piensas: “joder, con lo bien que estaba yo en la cama”. Pero, ¿es que acaso no hay buenos motivos por los que levantarse? ¿No tienes algo bueno por lo que ducharte, espabilarte y ponerte a caminar? Seguro que sí, seguro que hay algo que desees hacer hoy, algo nuevo que aprender, alguien nuevo que conocer, algo por lo que sonreír, venga no me mientas…ya has caído en algo. La vida querido amigo, es demasiado corta para estar siempre quejándose, para dejar de tener ganas de vivir, para dejar de querer comerse el mundo, así que HOY es la mejor ocasión para hacer aquello que quieres y deseas en la vida, no pasa nada si te quedas en la cama y no vas a clase, pasas de todo y en general desconectas, pero quizás estés perdiendo una oportunidad única… ¿para qué?, ya te dije antes querido amigo, que los motivos los tienes tú… De todas formas quizás mañana ponga el despertador a repetir 5 minutos más, y otros 5 minutos más…
Estreno este blog con la idea de recoger en algún sitio todos esos pensamientos que a veces me vienen a la cabeza. Recuerdos, reflexiones, experiencias…
No sabía con qué empezar a escribir, pero hablando con cierta persona se me vino a la cabeza el tiempo que había pasado desde mi primer año en la universidad, aquella primera vez que me fui de casa para estudiar, si…”estudiar”.
Aún recuerdo la primera noche en la que mis padres se marchaban del piso con tristeza y lo raro que me sentía sólo , lejos de casa, de tus amigos de toda la vida, de tu colegio al que ya estabas acostumbrado… Aquella noche todo parecía moverse en esa casa y hacer ruido, a decir verdad no dormí nada, apenas hora y media, dos horas como mucho.
Todo el mundo reconoce que para vivir la vida universitaria en su pura esencia has de irte a estudiar fuera de casa, que al principio cuesta adaptarse pero que en cuanto lo haces, ya nunca quieres dejar de ser estudiante, he aquí el tópico de “la mejor vida es la del estudiante”, el que lo dijo tuvo que estudiar fuera de casa por coj****.
Efectivamente yo comencé a adaptarme pronto a la universidad fuera de casa; salía de fiesta, iba por las tardes a beber cerveza, acababa haciendo un after hours en casa de alguien, despertabas en sitios insospechados, incluso salí a Granada la noche antes de un examen… ¿y estudiar? Pues también hombre, pero como hacía magisterio pues con pintar y colorear ya bastaba.
Bromas aparte, el irme a estudiar fuera de casa, significó muchísimas cosas que nunca olvidaré, algunas buenas, otras muy buenas, y alguna que otra regular. Gracias a ello creo que maduré a marchas forzadas, aprendí a sufrir solo, a equivocarme, a caer y a levantarme, a valorar a la gente que vale de verdad y que está lejos, a olvidar prejuicios y desechar tópicos sobre esto o aquello, para después sacar mis propias conclusiones sobre las cosas, mis experiencias…en definitiva crecer un poco más.
Voy ya por el quinto año, ha llovido un poco desde entonces, y como me ha entrado nostalgia al pensar que ya mismo acabaré este ciclo, probablemente el mejor de toda mi juventud, pues me ha dado por escribir, aunque pensándolo bien…siempre nos quedará un sexto año de Erasmus para despedirnos… ¿no?
“La independencia es cosa de unos pocos, el privilegio de los fuertes”. Nietzsche